Lo siento


Hace unos días tenía pensado escribir para Salem, pero ciertas festividades trabajos y un tio que me malogró la computadora me retrasó para hacerlo #mamachalinchalo. Resulta que noté también que es recontra difícil escribir un post y que lo puedan leer todos, así que pensé en escribir uno en el cual me disculpaba, decía que quizás no postee mucho en estos días y mil cosas más. Sin embargo, todo es falso! TODO! No quiero disculparme, no quiero hacerlo. Mi roche si me demoro para postear, pero tampoco puedo dejar de hacerlo. Así que, básicamente, de ahí surgió la idea de esta publicación.

La frase del título es la más manoseada por todos. Es más, ya no tiene sentido decirla (ni en inglés ni en español, ICPNA). Disculparse ante una burrada cometida es tan fácil como las canciones de Susy Díaz o como las traducciones de Tongo. Ya no vale la pena decir “lo siento” si has fallado.

Por lo mismo, creí quemarme el cerebro pensando en otra frase para hacerlo. No lo he logrado, mis neuronas acabadas por el cigarro de mis amigos y por las brutalidades que dicen otros han ocasionado que no piense en algo para cambiar ese “lo siento”. / Síndrome Arjona.

Y, para ser sinceros, hay tipos y tipos de “lo siento”. Podemos usar  el de mentiritas, el que en realidad lo sientes y el de floro.

Es tan obvio sus diferencias. Si a mi una tipa viene, y me mancha el vestido “de casualidad” en un tono donde está el Cornelio, el más churro de todos (o por lo menos para mí lo es y baila bien) y el cual es la persona por la que mi boca puede segregar más de 15 litros de baba en dos segundos, no es una casualidad. Ese es el “lo siento” pendejo; pendeja ella también por hacerlo.

Para aquella oportunidad puse mi cara de sonsa y dije: “No te preocupes Griselda, todo está bien. Supongo que una mancha no malogra todo el vestido”. NOOOO Griselda, todos los soles al tacho por tu mamarrachada. Pero todo bien Grise, en serio. No diré que eres una ruquilla maldita que me ha manchado el vestido solo porque Cornelio me sacó a bailar. Nótese. Por cierto, ciertos detalles tuyos hacen que más se sospeche que te gusta el Corne #envidiametienesenvidia.

Otro de aquellos es cuando tu flaco o flaca comete el error del año, te olvida, te hace cachudo, o te deja plantada después de 2 horas de haberte arreglado y haberte hechado toda la crema para depilar porque es invierno. Ese lo siento también puede catalogarse como pendejo, pero es un toque más. A ello súmale una cara de perro arrepentido, un “pucha amor, en serio” y un regalito consuelo, esos que dices “claro pes, seguro estás con el rabo entre las piernas”.

“Martina, tu vestido está mostro, me encanta pero pucha, creo que no estás en lista, LO SIENTO” . Recójanla y enciérrenla, de paso, mátenla #alahoguerabitch! Para librarte de esta es fácil, entra a tu lista de contactos y busca al que crees que está dentro del tono. Es fácil, luego le haces ojitos al de seguridad, llega tu pata y entras. Ves a la maldeta que no te puso en lista y la empujas. (Consejos para ser coqueta y maldita. La chica de Salem Fascículo 15).

Los otros tipos de lo siento hay que tocarlos con pinzas. Ya son delicados cuando le rompes una uña a una flaca o cuando decides quemar el playstation a tu flaco (hija, el play es para jugar, qué te ocurre?)
Y es que, cabe resaltar, la frasecita “lo siento” está peor que Marisol y sus 40 esposos. No hay sentido si te digo que me disculpo si puedo decir “oye flaco, sabes que? Sorry, no quise hacerte eso. Me perdonas?” Qué gracia es esa?!

Así que, mi estimado Salem, no me jorobes si es que no te he pedido disculpas por no haberte escrito. A los lectores sí, pero tú, ciudad de brujas, no tienes derecho alguno. Mándame a un Cornelio y puede que lo haga.

Nos vemos pronto, muchachada.

En el próximo post va la info sobre el concurso, ya está listo!

#lachicadesalem

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