Nunca antes un post me había sido
tan difícil a la hora de escribirlo. Usando nombres ya reales, en una aulita
colorida aproximadamente en 1998 yo estaba tranquilamente sentada con mis
trenzas escolares cuando un niño del jardín San Sebastián en Arequipa se sacó
el alma tras caer de un juego. Diego Albarracín, niño promedio ahora herido, se
fracturó el brazo derecho cuando Marita Ramirez lo empujó por pura diversión.
Casi 15 años más tarde puedo deducir que ese fue el momento de mi vida en el
que se nota que las mujeres nos convertimos en brujas y/o somos imanes de karma.
Mientras vivía en Lima, la vida me resultaba realmente
fácil. No tenía por qué preocuparme si algún chico se fijaba en mí o si
Renatito Ampuero estaba con el polo de Spiderman que durante tres años me tuvo podrida.
La vida era mejor si me fijaba que Renatito tenía un chico sin gracia alguna
que no poseí a el arte de la seducción que lo caracterizó unos años después. Mi
vida habría sido distinta, es más, si accedía a ser su enamorada tras dos meses
de constantes salchipapas y panes con pollo que optaba por invitarme en sentido
de “afane”; pero no, ahí tenía que salir el lado malévolo y lanzarle un NO
absoluto ante una posible relación amorosa entre dos chibolos que ni siquiera
podían limpiarse los mocos solos.
Resulta que mi acto malo llevó a notar que cuando Renato
cumplió los 16 ya no era precisamente el pavaso con su lonchera amarilla que
bajaba de la movilidad directo a ver “Amigos por Siempre”, sino que ya tenía
cierta reputación de chico churro y cotizado. Además, atrás quedó la imagen de
niño repudiado por la camiseta de Spiderman, al contrario, hoy podría acceder a
ser su Mary Jane. Cuando le volví a
hablar (ahí esta la arrastrada suplicando perdón ante aquel Adonis juvenil)
Renatito me vio y sonrió: “Flaca, cómo
estás?! Oye te presento a mi enamorada” KARMA APPEARS.
Años más tarde llega a mi vida Marcos Monteza, un tipo para
nada agradable. En realidad, Marcos (con la “s” de superidiota empedernido) fue
aquel chico que crees puedes usar para sacar ese clavo hijo de su fruta madre
que no te deja dormir. Lo malo de Marcos fue que era el tipo de chico en el que
se podía notar la urgencia de contacto físico que su cuerpo poseía; buscaba mi boca tal cual niño a la teta.
HORRIBLE. Consideré ir al terapeuta después de ello. El día de la reunión de su
hermano me fui antes de “happy birthday” y Marcos me llevó a mi casa; el
segundo intento fue en el taxi. Caminé cinco cuadras para llegar a mi casa tras
bajarme .
Para escribir sobre algo más actual, había salido con mis
amigas a divertirme porque la vida es mejor en un patio con luces y que simula
ser discoteca #AsiDeJodidosEstamos #EsCulpaDelAlcalde. Entonces, ron va ron
viene y ninguno nos mantiene. Llegó el amor platónico de la amiga de la hermana
del cuñado de Jorge (ya me deben entender) y
ella se le colgó a él y a mí me dejó con mis otros amigos. Después de
varias canciones de J Alvarez, esas que llenan el alma, el chico desapareció de
la nada y no más lo vimos; la chica habrá estado buscándolo unos 45 minutos y
nada, no aparecía. Kevin, muchacho en mención, se acercó hacia mí y me dijo: ‘Yo
no tengo esa excusa de “me voy al baño” como ustedes, dile que ya me aburrí de
bailar. Nos vemos flaquita’. Así que eso se siente…
Para terminar, considero notablemente que somos unas brujas.
No tenemos botas ni un vestido negro increíblemente sexy pero somos perfectas
para escapar en una escoba y ocasionar ciertos problemas psicológicos en otros.
Sinceramente, me llega la vida de Marcos y si alguna vez Renato llegó a
sentirse atraído, ¡para el momento me resultaron perfectos! Insertar imagen
mental de Rubí acá.
Por otro lado, hace unas semanas se me acerca un chico “Oye,
¿tú eres La Chica de Salem?” (nunca antes me habían dicho de tal modo), asentí
y dijo: puedes escribir sobre mi ex que me dejó por otro chico más chibolo.
Aaaaaah #carnefrescaestádemoda pensé, le pregunté de qué se trataba y no dijo
palabra alguna. Después se atrevió a soltar: “La verdad, no tengo historia.
Solo quiero saber si tus historias son de verdad, ya sabes… o sea, ¿todo eso
has pasado? Mira que hasta te alucinaba más alta”. Cuando terminó de hablar
solo sonreí, ¿me estoy convirtiendo en sensacionalista? Watagatapitusberry
[Es problable que el 80% que lea este post sepa quién soy, lo dejé en mi Facebook. Gracias absolutas por leer el post y el blog en sí. No me abandonen bitches y comenten si les gustó]