Me aburre decirles constantemente
que no he podido escribir en el blog por obvias razones: Proctor y sus aires de
manipulador cabrilla, la computadora malograda, la luz, mi cerebro un tanto
seco por los parciales de la Universidad Integra Particula Salem en donde las
brujas no habitan, mi cerebro seco nuevamente, yo y nada más.
Además, siento que la gente no se
pone las pilas con leer. No hay cultura caracoles! Tampoco diré que mi blog es
un aporte al intelecto de cada uno (si bien el sermón de ética ya me lo chupé
en la universidad y que dice que debo de darme cuenta de lo que le doy a la
gente #BitchPleaseShutUp), quiero asegurarme que lo que entrego no es para el
loco Chete, sino para que pasen un buen tiempo y LEAN. Las letras no comen,
queridos lectores.
En fin, para resumirles lo
pasado, fui al concierto de Líbido, vi a los ganadores pero no les dije nada!
(Media rochosa fui ese día) y me he saturado de cosas. Al margen puedo
contarles una historia que le pasó a la amiga, de la amiga del primo de Josefo
(no en serio, o sea, la conozco pero es conocida también de Josefo) pongámosle
María.
María es una chica bonita, bonita
en todo el sentido de la palabra. Bonita persona, bonita gente, bonita mañana,
bonito lugar. Y él es José. Churro el desgraciado; masomenos lindo, churro no
más. Es el clásico enamorado por el que tu familia pregunta cada vez que te ve,
aquel que nisiquiera es parte de tu familia pero obviamente es el protagonista
entre las conversaciones entre tu abuelo
y tu mamá: Ay Josesito es buena persona, buen enamoradito. ¿Por qué no lo
invitas a cenar, María? #FumateUnaGrandeAbuelo. #QueSeaDeLaVencida
Recuerdo que nos juntamos una vez
como viejas cotorras entre bizcotelas y cafecito de la tía Azucena las
penderejadas que Jose le había hecho a María. En realidad, estábamos rajando y
notablemente se veía que María no había superado al querido producto y que ya
era hora de que pase a la fase de “te vencí y ahora eres un feo más del montón”.
Sin embargo, las cosas no iban a ser tan fáciles; mucho menos si José estaba
entre tu grupo de gente que te rodea.
Josesito es súper buena gente, el
clásico flaco del que tus amigas dirán “oe qué buen partido, que baje un
poquititito de peso y saque cuerpo y la hace, mismo Yaco Eskenazi”. Pero como
todo pendenciero, tenía que sacar las garras de lobo chusco.
María me comentó que terminaron
por cuestiones de la vida. Creo que el tipo es un tanto indeciso y no sabía lo
que quería en ese momento. No podría decir que Josesito se porto bien de la
misma manera que María. María si salía a juerguear con Josefo y conmigo
#ElAlcoholMataPenas y poco tiempo después nos enteramos que Don Josesito ya
salía con una flaquita de por ahí.
La flaca, según cuentan las buenas lenguas, es
buena persona. No creo que haya tenido alguna mala intención al quitarle el
flaco a María #PeroNoEsRuquilla solo queria encontrar un corazón puro e
inocente el cual merezca de su amor.
El asunto de todo esto es que
después de varias chicas con las que Josesito decidió salir (la que más
describí fue la número 3 de sus salidas), el querido hombre decidió volver a
animar y endulzar a la que fue su amor incondicional: la eterna y bonita
cojinova María.
Como era de esperarse (María no
me pegues por decir esto), María cayó en las espectaculares y dulces palabras
del tipo. Salieron nuevamente por unas cuatro o cinco veces más durante las
próximas semanas y ya habían decidido retomar la relación que por su ‘che
seguridad terminaron.
María vino corriendo hacia mí,
recuerdo perfectamente ese día. Yo estaba lavándome los dientes y tuve que
contestar el celular con toda la espuma en la boca. Estaba en mi casa, no
joroben. Me habló por cinco minutos recontra emocionada, quería que nos
encontremos y ya estaba planeando llevarlo a la reunión de coordinación de
trabajo en grupo. Qué iba a ser en la reunión de trabajo universitario. Urgida
la muchacha.
Semanas después me enteré por
chismes que Josesito había dejado en la nada a María. Habían agarrado unas
veces en La Noche y que de la noche a la mañana ya no quería saber más: “Es
mejor que dejemos las cosas así, digo, somos amigos no?”. Amigos? Amigos hueveras?
Cuando nos hemos comido prácticamente las últimas semanas? Sí claro, yo no me
como así al panadero – amigo mío – y sobre todo está bueno. En fin.
Decidí ser metiche y llamar a
María. Supuse que se estaría atragantando de panetón y a mi me provocaba en ese
momento. María, para ser sincera, debo decirte que NINGUN CHICO TE BUSCA LUEGO
DE HABERSE COMIDO A MÁS DE CINCO. No seas básica. Hay pocos que sí lo hacen pero…
¿por qué considerar en ser la confidente de aquel que aun quieres? Sería algo
estúpido.
Creo que la amistad es más que “brother
somos patas”. Si Josesito quiere ser amigo tuyo, te marcó el parche
abiertamente: no quiere nada más que compartir el aire a más de 50 centímetros
de distancia.
Supongo que leerás el post. Hay
que querernos ciertas veces más de lo que lo hacemos y negar ser ese “pero aun
lo quiero y él a mí”. Mentira. O es o no es, nada puede llegar a ser a medias.
Me voy para desaparecerme por un
tiempo, nah mentira, solo por unos días.
}
Espero la pasen bomba en las
vacaciones, ya estaremos hablando si los ches mayas no nos hacen una jugada.
Besos
La Chica de Salem.
Auchh! siempre con tus moralejas mi estimada y querida amiga.
ResponderEliminarYa extrañábamos que escribas.
ResponderEliminarme encanto el post :D besos tambien
ResponderEliminarHay l@s ex, no se puede vivir con ell@s ni tampoco sin... ah no, espera sí se puede! XD. saludos,muy interesante el post
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